
La planta de Acindar en Villa Constitución atraviesa una de las crisis más severas de los últimos años. La producción cayó a la mitad, el régimen de suspensiones se mantiene desde hace más de un año y medio, y el reciente cierre definitivo del tren laminador número 2 profundiza la incertidumbre sobre el futuro.
Según explicaron Silvio Acosta y Ariel Alcaraz, integrantes de la Comisión Interna de la UOM, la producción anual descendió de 1.200.000 toneladas a unas 600.000. A esto se suma la paralización inminente del tren laminador número 1, aunque de forma no permanente.
Los dirigentes sindicales identifican múltiples factores como responsables de la situación: una caída del 60 % en la obra pública, el ingreso masivo de acero desde Brasil y la apertura irrestricta de importaciones. “Esto no solo afecta a los trabajadores directos de Acindar, sino también a las contratistas, cooperativas y a toda la economía local”, advirtieron.