La planta de Ternium atraviesa un complejo panorama. Mientras los trabajadores demandan una mejora salarial frente a la inflación y la devaluación de 2023, la empresa del Grupo Techint ha mantenido un aumento unilateral del 2% mensual desde mediados del año pasado, sin cerrar aún la paritaria de 2023. Este jueves se realizará una reunión clave para definir el futuro de las negociaciones.
La crisis no es solo salarial. La producción en la planta alcanzó su punto más bajo en diciembre, con 125.000 toneladas mensuales, muy lejos de su promedio habitual de 180.000 toneladas. Esto ha generado preocupación en el sindicato metalúrgico (UOM), que se encuentra en alerta ante el anuncio de posibles reestructuraciones. Si bien se logró evitar despidos en el corto plazo, la empresa ha implementado un programa de retiros voluntarios y suspendido la contratación de personal temporal para cubrir vacaciones.
La situación en Siderar refleja un contexto más amplio que afecta a la industria siderúrgica nacional, especialmente en localidades como San Nicolás, Ramallo y Villa Constitución. En esta última, Acindar también enfrentó despidos y suspensiones durante el año pasado.
La región, históricamente un bastión sindical desde los tiempos de Somisa, se enfrenta a una «tormenta perfecta» marcada por la recesión económica, la falta de competitividad frente al acero importado de Brasil y China, y el reciente decreto 01/2025 que habilita la exportación de chatarra, un insumo clave para la producción de acero. Esta medida, impulsada por el ministro Federico Sturzenegger, ha encarecido los costos de la materia prima, afectando aún más a las empresas locales.
Para el sindicato, encabezado localmente por Edgardo Holstein y respaldado por Abel Furlán a nivel nacional, el objetivo prioritario es preservar los puestos de trabajo. Sin embargo, las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, enfocadas en la desregulación y la eliminación de medidas proteccionistas, plantean grandes desafíos para la industria metalúrgica.
Mientras tanto, el Grupo Techint parecería redirigir sus intereses hacia sectores más rentables, como los hidrocarburos. Con una fuerte presencia en Vaca Muerta a través de Tecpetrol, la empresa podría estar reduciendo gradualmente su enfoque en la siderurgia, una señal preocupante para trabajadores y comunidades que dependen de esta actividad en Ramallo y el resto de la región.